Ya comentaba el otro día que tuve una experiencia muy agradable con la sustituta de la sustituta de mi pediatra habitual.
De repente, esperando entrar en un medio hostil, me encontré con alguien que celebraba con alegría que siguiera con la lactancia, me animaba a seguir haciéndolo, me preguntaba por problemas y, sobre todo, era extremadamente respetuosa y amable con mi angelico. Le pareció oportuno examinarle todo lo que pudo en brazos de mamá. Y fué empática con su llantina en el momento de mirarle la garganta.
Aparte de examinar al niño y diagnosticarle me pidió un poco de información sobre mi lactancia. Me preguntó que qué problemas había encontrado, que cómo los había resuelto y que cómo había llegado hasta allí.
Aproveché para comentarle que me había encontrado con dos pediatras en ese mismo centro de salud que me habían recomendado, uno "lactancia a demanda" en forma de cada tres horas diez minutos y otra que "Si en el papel pone que le tienes que dar un biberón con cereales, se lo dás. Y luego, si le cabe, por la noche la teta". Y que me había quedado con las ganas de volver con una edición del libro de "Un regalo para toda la vida".
Su pregunta fué por otros derroteros. Me estuvo preguntando en qué trabajaba y qué horario tenía. Yo le conté que tenía reducción de jornada y que me había disfrutado de excedencia unos meses. Y me contó algo que no me había parado a pensar.
Me decía que, en la sanidad es muy difícil compaginar lactancia y trabajo: horarios irregulares, precariedad laboral, jornadas muy largas, dificultad de flexibilizar horarios, etc...
Que, para ella, esto provocaba experiencias desastrosas y muchas frustraciones que luego se transmitían a las madres. Que si tú necesitabas convencerte de que la lactancia no era necesaria a partir de los 4 meses o de que se crían estupendamente con biberón para poder seguir adelante, seguramente irías contando eso al resto del mundo.
Si tu puesto de trabajo depende de una lista de espera, si tu jornada laboral es de 12 horas seguidas, si hoy te toca pasar consulta en Cuarte pero mañana en Alcañiz, si los lunes trabajas hasta las 7, pero el martes entras de noche, ... O tu lactancia está más que establecidad o tus pechos y tu bebé no lo soportarán.
Sé que en las asociaciones prolactancia ayudan y trabajan con este tipo de casos. Y que sí, muchas lo consiguen. Pero no es fácil. Derepente vives con un sacaleches y una nevera y tu nivel de estres aumenta 20 puntos.
Así que, a lo mejor tenemos que empezar por cuidar las lactancias de quienes nos vayan a asesorar primero, para que puedan ayudarnos después. Pero, ¿Cómo lo hacemos?
2 comentarios:
Pues efectivamente en el ámbito sanitario está muy mal el tema de dar el pecho, sobre todo entre los médicos (que solemos tener un horario más caótico que el resto de personal sanitario) y si el trabajo es en el medio hospitalario. Cuando empiezas a trabajar, es muy difícil mantener una rutina en las tomas al pecho y la producción de leche se resiente enormemente. Con mi primera hija decidí el destete antes de incorporarme pues era una época de muchas horas fuera de casa y pluriempleo. Con la segunda quise alargarlo un poco más, empezando por juntar todas las vacaciones y permisos con mi baja maternal. Cuando empecé a trabajar la niña casi tenía 6 meses y cambia la perspectiva bastante. Posteriormente sólo pude continuar 2 meses más: un día trabajaba por la mañana, otro por la tarde, otro 24 horas....Luego no siempre las guardias eran tan "buenas" como para poderme ir tranquilamente a sacarme la leche, etc. Muy complicado a la par que estresante. Y es una pena. Ya lo dice el refrán: "en casa del herrero, cuchara de palo".
Al principio pensaba en que se tuviera cierta consideración con las madres lactantes: destinos cerca de casa, horarios estables, etc..
Pero lo tengo más claro al leerte. Baja maternal de un año. Ya sea cobrando un porcentaje del sueldo y disminuyendo o como sea.
Pero tal y como vais ahora, es imposible. La lactancia irregular a edad tan temprana no se puede mantener.
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