jueves, 18 de junio de 2009

Al niño, ni caso

Eso me dijo una pediatra después de ponerle la triple vírica a mi angelito.




La pediatra en cuestión es la sustituta habitual de la pediatra de mi niño. Así que ya sé de que palo va, en concreto sabe poco o nada de lactancia. De alimentación complementaria conoce lo que dice el papelito de la DGA. Lo primero que me pregunta cuando entro es que qué tal duerme mi bebé (a lo que le respondo que estupendamente, faltaría más) algo que jamás me ha preguntado su pediatra. Y no admite discusión sobre la retracción del prepucio aunque he conseguido que ella no se lo haga en la consulta.

Pero bueno, obviemos todo esto y volvamos a la vacuna.

Bien, le ponemos la vacuna y su comentario fué "Le subirá al niño la fiebre en una semana, no le haga ni caso".

Mi niño, que sabe que a su mamá le gusta escribir en el blog, dijo "Le voy a dar material". Y empezó a los 7 dias con exantema pero sin molestias y a los 10 con una fiebre por las noches de 39 que no había forma de bajar ni con paños de agua, ni con el apiretal, ni nada.

Además había leido críticas a los "asustadizos" padres primerizos que llenan las consultas con leves reacciones adversas a las vacunas. Y ella remarcó una vez más, antes de irnos que la fiebre no era motivo para volver a acudir a la consulta.

Pero a la segunda noche de no poder bajar la fiebre, de que mi bebé no descansara, de que yo estuviera convencida de que, si era una reacción, era una reacción muy exagerada y por tanto era procedente que lo viera un especialista, volví al pediatra.

Total, no nos llevamos bien y amigas no nos íbamos a hacer. Si me trataba de madre histérica no íbamos a perder mucho.

Afortunados nosotros que nos tocó la sustituta de la sustituta. Prolactancia (que me ha dado material para otro post), proniños y prorespeto. Ella lo examinó sin reprocharle que llorara.

Pues de libro, de libro de Rosa Jové o de Carlos Gonzalez, el niño, además de su reacción a la vacuna, que la tendría, tenía el oído y la garganta haciendo fiestas de bienvenida a alguna bacteria que había tenido a bien visitarnos.

¿Por qué no decir al poner la vacuna: "Es probable que en los siguientes 20 días tenga algo de fiebre. También algunos granitos. Se debe a la vacuna. Pero si le parece que la reacción es muy fuerte o que puede haber otra causa no dude en bajar, que para eso estamos"?

Entiendo que las consultas pueden estar saturadas. Entiendo que los primerizos nos podemos asustar fácilmente. Pero por qué no entender que todo no es controlable. Que es preferible atender a un padre primerizo por un nada que dejar a un niño en casa con una otitis campando a sus anchas hasta aumentar su gravedad.

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